lunes, 8 de junio de 2009

Odisea en el espacio público



Por Alfredo Hidalgo

Recorrer nuestra ciudad caminando, es una odisea. Es un viaje en el que abundan las aventuras favorables y adversas, así como la sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que terminan cuestionando seriamente la calidad de espacio público que tenemos.
¿Qué entender por espacio público?. Para el filosofo Manuel Delgado “.. podría ser una forma de referirnos a los espacios colectivos de una trama urbana: calle, plaza, vestíbulo, andén, playa, parque”, definición que corresponde a la dimensión física, pero en su dimensión social, nos podemos referir a la capacidad de grupos para organizarse, soñar y llevar a cabo acciones para el bien común, y en su dimensión política tiene que ver con el lugar para el encuentro de las ideas.
En febrero pasado, más de un centenar de ciudadanos emprendieron una caminata de 40 km atravesando Guadalajara de sur a norte en dos días. Se propusieron además de caminar, observar y conocer, hacer de esta odisea un motor para recuperar espacios públicos.
Las experiencias generaron reflexiones. Entre esperar casi una hora el camión parado y al sol o hacerlo sentado y a la sombra, hay un mundo de diferencia; entre construir una parada de camión sin recursos económicos, pero con ingenio y voluntad donde se requiere o no hacer nada, hay una distancia abismal que convierte a esta acción en un autentico y ejemplar acto de recuperación de espacio público. Este, así como otras 16 intervenciones, que van desde el cambio de uso de calles, la limpieza, la organización y participación social, la fabricación y colocación de elementos u objetos reviviendo la memoria, forman parte de un ejercicio ciudadano que se propuso rescatar e intervenir en lugares colectivos con el fin de mejorar sus condiciones. El ejercicio de caminar, observar y comentar, generó lecturas urbanas de donde sugirieron reflexiones y en este caso acciones. Este trabajo involucró de manera significativa y valiosa a vecinos y usuarios que en muchos de los casos se convirtieron en los principales motores.
El próximo jueves 11 de junio se llevará a cabo la exposición y el análisis de esta experiencia en el Museo Raúl Anguiano (http://citacomplot.blogspot.com/) , se verá como el ingenio, la voluntad y la capacidad pueden aportar ideas y soluciones a un tema que afecta e interesa a ciudadanos de todas las edades y en la mayora parte del territorio. Este tema demanda gran atención, pero pocas autoridades lo entienden o lo quieren entender, en la mayoría de los casos tratan de solucionarlo a través de cantidad cuando lo que se requiere es calidad, se sigue hablando de pavimentar calles cuando al caminar por la ciudad se evidencia que eso no significa nada cuando se hace mal (pensemos en los discapacitados permanentes o temporales), no se entiende la calle como un espacio colectivo que tiene que ser objeto de apropiación, es decir sentirla como propia, al menos en un sentido temporal y eso no ocurrirá mientras no tenga todos los componentes (árboles, rampas, mobiliario, iluminación, etc).
Las intervenciones que se hicieron y que se expondrán, muestra el enorme potencial y la esperanza que hay a través del capital humano a pesar de la negligencia, los engañosos discursos, la ausencia de compromisos, la mala calidad de la obra pública, la falta de información y comunicación así como una cultura donde asumimos el error como norma. Afortunadamente aún hay en esta ciudad muchos “Odiseos” que como cuenta el poema épico griego La Odisea”, tienen como mejor arma su mētis o astucia, don que les permite usar su inteligencia para enfrentar y tratar de eliminar estos continuos problemas y así aspirar a construir una mejor ciudad.

Alfredo Hidago Rasmussen, alfredo@infotectura.org

Publicado en El Informador el 8 de junio del 2009

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