lunes, 1 de septiembre de 2008

Proyectando Guadalajara al 2011



Esta pregunta formulada en el COM:PLOT 2007, tiene que ver con el estado de incredulidad al que los ciudadanos nos estamos acostumbrando después de tantas promesas y tan poca capacidad para concretar. Hemos encontrado un texto de Frank Lozano quien escribe hoy sobre esto, nos parece interesante compartir y comentar.

Los grandes sueños

Lunes, 1 Septiembre, 2008

A comienzos del mes pasado el gobierno del estado arrancó un programa para fomentar la creación y atracción de grandes eventos para Jalisco. Es un intento de articular los sectores turístico y cultural, con la participación de los ayuntamientos metropolitanos, la iniciativa privada y obviamente, el propio gobierno estatal.

La estrategia es lógica. Según datos comprobables estadísticamente, 7 por ciento del producto interno bruto nacional, proviene de este sector. Muchas ciudades han demostrado que al explotar su riqueza cultural, patrimonial y la calidad de sus servicios, se sitúan por encima de otras en cuanto a su atractividad y competitividad.

El gobernador anunció como “un gran sueño” el lanzamiento de esta iniciativa. El problema con sus sueños, es que muchas veces terminan siendo una pesadilla. Los eventos propuestos (premios MTV latino, el Grammy latinos, la entrega del Globo de oro mundial, el certamen de belleza Miss universo, entre otros) huelen a pan y circo, no a visión de desarrollo, ni políticas de estado.

Mientras las tareas esenciales del estado no se cumplan, los programas que pueden ser complementarios, como es el caso del consejo de fomento a los grandes eventos de Jalisco, no nos llevarán a ningún lado. Llama la atención que los municipios metropolitanos no antepongan como condición de participación, un esquema donde primero se puedan equilibrar las abismales diferencias en infraestructura, equipamiento y servicios, que prevalece entre ellos, antes de abordar felizmente esta iniciativa. Peor aún, que no volteen los ojos, como en el caso del Ayuntamiento de Guadalajara, para atender el grave problema que tienen en cuanto a infraestructura cultural.

Por otra parte, la iniciativa privada está privada de iniciativa. Se pueden citar dos ejemplos que acreditan la timidez con que actúan los empresarios: el aletargado museo Guggenheim y la infeliz Torrena. Proyectos que se supone estaban pensados más o menos para los mismos fines: incrementar atractivos ¿Qué ha pasado? Nada. Mientras no sea dinero del gobierno, ellos parecen no mover un dedo.

Al final, como todo, habrá que esperar para ver el comportamiento de este programa. Habrá que estar al pendiente de los resultados para poder cambiar la percepción de estar ante grandes sueños que luego se tornan terribles pesadillas.

franklozano_dr@yahoo.com.mx

fuente: Milenio, http://www.milenio.com/node/72276


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